El fin de una era
Mucho se ha hablado de la crisis económica de esta semana. Se han dado explicaciones, pronósticos, se han indicado culpables y se han propuesto soluciones, han cambiado el rumbo de las elecciones más importantes del mundo y se han hecho cientos de comparaciones con la crisis del 29. Esto indica sólo una cosa, la crisis ha sido tan grande que no la entendemos, y que quizás pasen algunos años para saber su real magnitud. Pero sin duda algo podemos decir, y es que marca un hito en la historia del mundo, tanto como la crisis del 29 o la del 73.
El problema es saber que significa ese hito, osea, cual es el antes y el después. Eso es algo que no voy a hacer aquí. Esa es una tarea que tendrán los historiadores y economistas en los próximos años, cuando "el búho de minerva despliegue sus alas al anochecer" [1]. Por ahora escribiré lo que espero y deseo que marque esta crisis.
Sin duda espero que la crisis marque el fin del neoliberalismo. Mi amigo Nicolás se pregunta si eso puede ser posible. Yo espero que si. Espero que los seres humanos empecemos nuevamente a tomar el control de nuestros destinos y empecemos a liberarnos de las cadenas que nos impone el libre mercado. Espero que esta crisis sea un despertar, que la gente empiece a darse cuenta de que tenemos un modelo de desarrollo insostenible (quizás sea necesario empezar a pensar en un modelo de decrecimiento sostenible).
Por otra parte espero que se acabe la ilusión de los TLC y que los gobiernos del mundo se reunan y tomen un acuerdo multilateral que regule el comercio y que vele por los derechos de los trabajadores en todo el mundo. En el mismo sentido, espero que la nefasta frase "sobrecostos laborales" se destierre de nuestro vocabulario. Espero que se revalorice el papel del Estado frente al mercado, para balancear un poco ese triangulo que forman con la sociedad (lo que implica que el siguiente paso será fortalecer el "poder" de la gente).
Espero finalmente que esto les calle la boca a esos "liberales" como Aldo Mariátegui y Cecilia Valenzuela, que son incapacer de mirar la realidad, cegados por su fe en la "mano invisible" (por inexistente). Y finalmente espero que esta crisis acabe con uno de los más perversos pensamientos únicos que ha visto la humanidad (así nos aligeran a mi y todos los que estamos "a la siniestra" un poco esa tarea) con lo que está empezaría a ser un poco más libre.
Quizás sea mucho pedirle a la caída de las bolsas, pero soñar no cuesta nada. Lo que cuesta es la lucha, y en eso vamos para adelante.
[1] Hegel decía que "el búho de Minerva solo despliega sus alas al anochecer". Con eso se refería a que la teoría y la filosofía (representadas por el búho de Minerva) solo generan conocimiento de hechos que ya pasaron. Es una manera de decir que es imposible comprender a cabalidad los acontecimientos mientras estos siguen sucediendo.